Migraciones internacionales e internas
Las migraciones internacionales
Los efectos de las migraciones son diferentes en el país receptor y en el de origen.
Si en el país receptor existen condiciones como crecimiento poblacional lento, baja fecundidad o un envejecimiento avanzado que evidencie la necesidad de mano de obra joven, la migración traerá ventajas porque la población se rejuvenece con la llegada de jóvenes en edad activa y en etapa fértil y porque es también mano de obra barata.
En el país emisor ocurre lo contrario. Frente a una población de crecimiento rápido, alta fecundidad y estructura joven con dificultades para insertarse en un mercado laboral saturado, se alivia la presión demográfica con la emigración. Pero esa sociedad pierde parte de la población activa, en edad fértil, por lo que puede envejecer. Además, en lo económico, pierde lo invertido en educación y cuidado de quienes emigran, aunque ayuden un poco con las remesas enviadas. La emigración en estas ocasiones solo sirve como una solución temporal.
Si la migración es de volumen considerable, llega a tener un impacto significativo en la estructura social, cultural y económica del país receptor. De todos modos, frente a otros procesos demográficos, la migración no tiene influencia a largo plazo, puesto que los migrantes, con el tiempo, adoptan los mismos comportamientos que los locales.
Las migraciones internas
La movilidad interior de población en la actualidad es más importante en los países menos desarrollados. La población suele asentarse en llanuras, donde el clima es templado y además buscan una zona costera.
También existe la movilidad interior en países desarrollados y en algunos casos puede ser muy grande, como el caso de Estados Unidos, que solo el 15% de la población pasa su vida en el lugar en que nació. Estos movimientos se dan generalmente entre antiguas zonas industriales y zonas litorales con buen clima y comunicaciones.